No se bien cuándo fue que pasó.
Pero un día como cualquier otro todos nos volvimos una manga de emboles.
Lo venía pensando hace rato, ¿Será que los hombres dejaron de ser hombres?
Cleir me lo replanteó cuando disparó este texto al preguntarme: ¿Te acordás cuando nos sacaban a bailar o nos tocaban el culo?
Sí, me acuerdo. No fue hace mucho.
Me acuerdo cuando nos pedían el teléfono, de linea, de nuestras casas. Y llamaban y le preguntaban a nuestro papá por nosotras. Al mío no le gustaba nada el asunto por cierto.
Épocas doradas si las hay, después con ICQ, msn, llamadas por celulares esquivando la reprobación obvia de los padres, benditos mensajes de texto que evitaron el confrontamiento con un posible rechazo y finalmente el glorioso doble filo del féisbuk, la mística se nos fue al diablo.
Todas estas comodidades para hacer de este mundo un asunto más fácil nos llevaron a todos, sin darnos cuenta, a exactamente eso, lo fácil. El dar por sentado. El discurso inocuo. El
"in between lines".
Hoy lo único que hay que hacer es saber el nombre de la persona en cuestión. Y se la busca en cualquier red social de la cual uno extrae información altamente valiosa en cuestión de segundos: Quién es, cómo se mueve, quienes son sus amigos, adónde va, cómo se viste, la música que le gusta y todo lo que corresponde a las charlas de la primer, segunda y tercer salida.
Entonces cuando finalmente uno se encuentra con la otra persona ya no tienen de qué hablar, porque ya, sin hablar, hablaron.
¿Hablaron?
No,
Se leyeron, se miraron sin mirarse (desde ambos extremos de una pantalla), se investigaron, ya lo saben, para qué van a preguntar si ya lo saben. Y esa persona que hubo resultado tan interesante en ésa primera impresión dejó de serlo, porque no habla de nada, porque no tiene más jugo. Uno se hizo un mapa mental de quien cree que es, ¿y dónde queda, entonces, el poder del misterio? Enterrado, quizá, en alguna pregunta que no se hizo. Enterrado en la cama, donde uno termina de poseer la última y más íntima gota del alma.
¿Y qué es la seducción entonces?
¿Es, acaso, un par de tímidos mensajes de texto medidos milimétricamente para no dejar entrar ni la más osada pizca de luz? ¿Es una lucha de egos? ¿De domino?
¿Un intento de proyectarnos inalcanzables en este mundo donde ya todos pueden acceder, por así decirlo, a nuestro todo? ¿Es así de distante nuestra manera de decirnos que
hay más de lo que uno ya vio? Me suena triste y desesperado.
¿No se aburren?
A mí me aburre.
A
Cleir le aburre.
Y las modelos de Pancho también les aburre.
Pienso volver a dar mi número de linea.
Quote del día: "Majo, si ROBERTO no aparece, me hiciste salir al pedo" By VelvetV.