Caffé Morrison
Queda en Monroe y Libertador.
Tiene algo, no se qué, pero lo tiene.
No, no fui. Pero voy a ir. Y no voy a ir sola, voy a ir con alguien que se parezca a Caffé Morrison.
Mi hermana se parece al caffe morrison, pero no voy a ir con ella.
Eso que tiene es algo especial. Tiene un aire de cincuenta años atrás, época de grosos como Camus y Sartre. Si hubieran venido acá, hubieran ido al Caffe Morrison. En un día de nubes negras que no llega a ser lluvioso.
Es un parís, pero acá. salvo por un pelotudo que le puso sillas de isenbeck afuera que cortan toda la poesía. Maldito marketing de plástico.