2 ago 2019

El universo de Dorian Gray

Yo creo que esta misma realidad en la que escribo, en este momento, en este blog, pertenece al universo donde el conjuro de Dorian Gray es conjuro de todos.

El libro existe porque este mundo existe. Porque todos, indefectiblemente todos, tenemos un retrato en algún lado contando una historia que muestra lo que cara no muestra. Algunos lo llaman photoshop, otros esconden su Dorian Gray en las miles de fotos previas a ésa que suben a las redes. Dónde van todas las otras caras que la gente no ve? Habrá, en algún lugar de ése universo que acumula la memoria digital, un espacio de las 20 selfies donde había mucho mentón, el pelo despeinado, las bolsas marcadas, la tristeza en los ojos, el cansancio innato que requiere sonreír cuando no se quiere, el miedo a quedar solos, la desolación de ese amigo que no está?

Y antes de la tecnología, dónde guardábamos los diarios con los pensamientos reales? 
Dónde se entierran las cartas que nunca se enviaron?
Los textos que, después de pensarlo dos veces, borramos?
Las palabras que no dijimos?
Ese "hola" que podría haberlo cambiado todo y que se escurrió de nuestras manos?

En dónde guardamos esos sentimientos y pensamientos que no logran salir de nuestro cuerpo y quedan deambulando, como fantasmas de nuestro corazón, por la sangre y el cerebro, y a veces, si tienen suerte, vuelven a la conciencia para atormentarnos y recordarnos de cosas que queremos olvidar? 
Dónde pongo todo este amor que alguna vez sentí por vos?


Lo único que sé es que estas cosas envejecen en algún lado, y aunque las tapemos, son parte de nuestro retrato. Y aunque lejos estamos de tener que mostrarlas, no hay filtro que sepa embellecer una lágrima no derramada.