29 oct 2025

Oda a lo que queremos olvidar

En toda nuestra gama 
de cosas que almacenamos en la memoria,
hay un tipo de recuerdo
que queremos olvidar.

Generalmente nos quedamos con lo bonito
con el aroma de ésa flor
ó esa mañana desayunando frente al mar.

Queremos aferrarnos a esos minutos que llamamos felicidad.

Qué ganas de que la memoria sea
sólo un rejunte de segundos felices
de olores de flores
abrazos con sentido
tequieros salidos de las bocas correctas.
Muchas veces lo es.

Pero en nuestro afán de recolectar lo que nos hace felices
recolecté todas esas memorias con vos.
Tu sonrisa, tu maldita sonrisa
con una ceja levantada
y ésa mirada pícara
que mi cerebro considera de las cosas más bonitas
que haya visto jamás.

El recuerdo de tu mano tosca
no soltando la mía ni un segundo
mientras, no se, mirábamos tele
un martes cualquiera.

El atardecer rojo visto desde tu (nuestro) balcón.

Tus abrazos
que me emocionaban hasta el fondo de mi alma
con su puta perfección de posición y firmeza
que mi cuerpo consideró
hacer nido en ellos
y tomarlos como molde de todos los abrazos
que me fueran a dar por el resto de mi vida,
todos los que le siguieran
serían comparados con los. tuyos.

Pero más que nada tu sonrisa pícara.

¿Cómo le digo a mi cuerpo, a mi mente y a mi corazón
que esos recuerdos, 
definiciones de la felicidad,
deben ser borrados para siempre y salir de mí?

Cómo les exijo eliminar los tesoros más grandes de mi memoria,
los segundos más felices,
con los que aprendí lo que se denominaba amor?
Cómo le explico a la memoria que éso es todo 
lo que quiero en mi vida
pero que recordarlo me destruye?
pero que por favor lo olvide, momentáneamente,
para poder sobrevivir en este mundo gris?

Cómo te quito de mí?
Por favor, 
cómo te quito de mí?

Una sobre los recuerdos

La mente no almacena un solo tipo de recuerdo. Un recuerdo no es más que la última versión guardada, editada por el último sentimiento al respecto, de nuestra alma en el almacenamiento RAM de nuestra memoria.

Aunque la situación haya sido la misma, el recuerdo muta. Cambia. Se transforma.

Algo que me hizo llorar desconsoladamente en la infancia hoy me da risa.

Entonces ¿qué son los recuerdos?¿Para qué sirven?¿Por qué cambian? y lo más importante, ¿Qupe hace que se queden unos y otros no?

Hay recuerdos que son estructura de nuestros pensamientos: todas ésas veces que nos pasaron o nos dijeron cosas que nos quedaron grabadas con fuego, como pinturas rupestres que se mantienen intactas por miles y miles de años, si llegáramos a vivir tanto. "La plata compra recuerdos", "Elegí qué batallas luchar" - ó esa vez que quise probar a qué sabía la mostera y fue así como aprendí que era tóxica para los humanos.

Hay otros recuerdos que quedan, pero borrosos. ¿Así pasó? Pues ya no lo sabremos nunca. Son quizá esos momentos que, por algún motivo, los modificamos para que hagan caso a nuestra retórica de los hechos o la manera que a nosotros nos gustaría interpretar lo que pasó. Porque a veces es demasiado duro recordar que esa persona en realidad no nos abrazó, o nos sentimos tristes en un momento "oficialmente" feliz, o lo que sea que haga que querramos cambiar la trama de un recuerdo. Mitad realidad, mitad fantasí, hasta que se dessibuja completamente el núcleo y ya ni sabemos si eso pasó o lo soñamos.

Luego están los recuerdos que no se guardan en la memoria sino en el inconsciente. Ésos que nos da miedo sólo el hecho de saber que existen, que están allí, y que pueden aparecer sin pedir permiso y exigir unos cuantos meses de revolución interior hasta que sabemos qué hacer con ellos.

No quiero olvidar mencionar ésos recuerdos de cosas vergonzosas que hicimos en nuestra vida, que la gente y nosotros lo notamos, que quedamos como unos idiotas y que nadie más que nosotros recuerda. Ellos aparecen y nos hielan los huesos cuando estamos intentando dormir. Esos sos hasta mis favoritos, intrépidos, embarazosos; tan únicos y ridículos que dan risa.

Y por último, todos los recuerdos que queremos olvidar. Los que viven con nosotros, en nuestro día a día, se mezclan entre pensamientos cotidianos y se entrometen en nuestars ganas de seguir adelante con nuestra vida y olvidarlos por siempre para que no nos sigan rompiendo el corazón. Les escribiré una Oda. Ésos recuerdos son vos.