15 abr 2007

COMO TARANTINO EXTERIORIZADA

La violencia

es

una obsesión latente en los tres estadios de mi cabeza.

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Leo sobre violencia
Veo series de violencia
Y la música que escucho es violenta, o tiene grandes cuotas de patologías idem.
Amo a Tarantino, amo a Oliver Stone..
Y amo a Darren Aranofsky y su magistral REQUIEM FOR A DREAM.

La mejor flagelación psicológica que alguien haya visto en cine.
Y si digo en cine es porque la tortura psicológica de la vida real es tan nefasta que no se puede pasar a formato 16/9. Quizás algo cercano hubiera sido Ciudad de Dios. Pero no, no llega a explicar el daño cerebral del subconsciente que pueden causar ciertos episodios pasados en EL RESTO DE LA VIDA de una persona.

Quizás un ejemplo cómico sería de la película Anger Management (Locos de Ira), donde el protagonista tenía una imposibilidad de demostrar cariño en público porque cuando era chico lo habían humillado cuando le quiso dar un beso a una nena. Pero es un ejemplo bastante vacío, aunque explica bien el punto al que quiero ir:
Uno no puede evitar su estructura inconsciente.
Yo creo que la violencia (en su estado puro) es la ley que rige en mi estructura inconsciente. No quiero eso, ni me gusta vivir con eso. Pero la violencia es un imán que me atrae y me mueve. Es lo que domina la mayoría de mis pensamientos. No sé bien de qué violencia hablo, pero está, ahí, casi tangible, formada, madura..

Una vez leí una teoría sobre la televisión (que se puede transladar a todos los medios de com.) que decía algo así como que las temáticas que uno consume en TV son las mismas que tiene en el inconsciente y trata de, por así decirlo, "apaciguarlas" para no exteriorizarlas. Por ejemplo, las personas inseguras ven películas con héroes unipersonales muy marcados, de la vida real, gente como uno que por algún motivo es un líder natural. Coincido bastante con ese autor. Y por eso me dí cuenta de mi tema con la violencia. De repente me di cuenta que todo lo que consumo es sangre, víctimas, muerte, victimarios, y más que nada, mentes perturbadas.

Hablarán mucho de ir al psicólogo y esas cosas, pero la verdad es que un psicólogo efectivo tendría que ser algún tipo de Dr. Pelikan gigante que borre de nuestra memoria todo lo que tenga que ver con esa patología no completamente desarrollada: desde su formación hasta todos los hechos en los que ésta influyó. Pero eso no podría ser porque uno se olvidaría casi hasta del nombre.

Creo que acabo de escribir el texto más sincero de mi vida.

1 comentario:

Gusi dijo...

Totalmente de acuerdo.
Cuando nombraste Pelikan, me acordé a "el eterno resplandor de una mente sin recuerdos" Al margen de que es una de mis peliculas favoritas, el mensaje que me dejó es que lo que nos gusta tanto como lo que rechazamos, es parte nuestra. Así como decís que también lo es la violencia.
La pelican es la mentira. La mentira es el conflicto con uno mismo, el miedo de aceptarse. Somos un entero. Violentos o no, negadores o no, sí le escapamos al disgusto, que es la otra mitad de la realidad, de nuestro entero.