Cuál es la textura de las ilusiones?
Se supone que serán sólidas, para que no se le escapen a uno.
O por lo menos las mías solían ser sólidas, duras, fuertes, invencibles. Las tenía bien agarradas de todos los ángulos y aseguradas con mi alma y mi vida.
Y de repente, un día, decidí dejarlas volar. Decidí actuar y mutarlas, y volverlas en vez de sólidas, reales.
Creo que las ilusiones tienen un ciclo de vida e inciden en el ciclo de vida de las personas. Creo que cada una tiene su momento, no se puede actuar sobre ella un día cualquiera como cualquier otro. Si uno se cree dueño de sus ilusiones tanto como de su libertad, éstas se enojan.
Y cuando una ilusión se enoja todo se va al traste.
Yo quise; quise cambiarlas, quise verles la forma, transformarlas, volverlas reales.
Y se enojaron,
y se me volvieron líquidas,
y las tenía en mis manos,
y se escurrieron.
Y prefirieron vivir en el piso.
En el piso
con la mugre,
los pies ajenos,
lo más bajo de lo más bajo.
Cualquier lado menos mis manos.
A mis ilusiones se las llevó la gravedad.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario